Grandeza | Día 20

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Cuando piensas en ti mismo, ¿qué ves? Cuando Dios te mira, Él ve su grandeza; Él ve reflejado en ti su gloria y su poder. Cuando Dios te mira, ve su obra maestra; fuiste creado a imagen y semejanza de Dios. Dios no te creó solo para vivir tu vida acumulando cosas y convertirte en una buena persona. Fuiste creado para hacer algo grandioso, algo que resonará por toda la eternidad. Fuiste creado a propósito y para un propósito. Fuiste creado para reflejar a Dios mismo y nada más en toda la creación, ni siquiera los ángeles pueden reflejar a Dios tan bien como tú.

LECTURA BIBLICA:

Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús.  Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo... - Filipenses 2: 5-8 NTV.

Dios ha puesto privilegios divinos en ti para que puedas hacer grandes cosas. Ten en cuenta que nada ni nadie más en este mundo puede hacer lo que nosotros, los que fuimos creados a su imagen, podemos hacer. Las aves del cielo no construyen casas para los pobres, los animales que caminan en la tierra no sanan a los enfermos y los peces en el océano no puede sanar las heridas emocionales. Solo tú y yo podemos hacer eso, porque Dios ha puesto su imagen y semejanza en ti y en mi y la mejor manera de reflejar la imagen y semejanza de Dios es tener la misma actitud que Jesús tuvo.

La actitud del mundo es creer que la grandeza de alguna manera se trata de acumular riqueza y fama. Pero ser rico y famoso en sí mismo no te hace grande. Nadie es considerado grande por lo que ha hecho por sí mismo, sino por lo que ha hecho por los demás. Pero la verdad es que no necesitas ser rico y famoso para hacer grandes cosas, lo que necesitas es tener una actitud humilde. La actitud de vivir voluntariamente para un propósito mayor que tu mismo. Una actitud que busca servir en lugar de ser servido y una actitud busca dar en vez de pedir.

PIÉNSALO: 

Una gran persona no se mide por cuanto acumuló, sino más bien por cuanto dio. 

ORA:

Padre celestial gracias por crearme a tu imagen y semejanza, gracias porque fui creado para hacer algo grandioso y sólo vas a poder cumplir ese propósito en mi vida si yo tengo una actitud humilde, la actitud de vivir voluntariamente para un propósito mayor que mí mismo, buscando servir a los demás en vez de buscar ser servido.